#ElPerúQueQueremos

www.diferenciasentre.org

La vida

La contraparte de la muerte

Publicado: 2018-09-10

Cuando tomé contacto con el existencialismo psicoterapéutico de Yalom (1980), no pude dejar de reconocer que me hacía mucho sentido poner a la muerte como la fuente de todas las angustias y, por lo tanto, del aparato mental. Pero el pesimismo, si bien como todo limeño tiendo a ser quejón, no es mi estilo del todo. Es así que siempre pensé que si bien la muerte es la fuente principal de angustia del ser humano y la fuente de la que se explica mucho de su actuar, creo que hay que complementarla con la otra cara de la moneda, la vida. No tengo una palabra para llamar a la moneda cuyas dos caras, como lados de una misma tendencia aparentemente bipartita, creo que son una misma cosa. La tendencia hacia la vida y la muerte, se dan a la vez. Incluso, al mismo Freud, lo animó a escribir la única obra en la que se puso metafísico: Más allá del principio del placer (1920), en donde aparecen, superando su antigua hipótesis del principio del placer, el eros y el tánatos como los impulsos humanos básicos. Aunque puso a la muerte como el principal y a la vida como uno que aparece después. Pero puso ambos. La vio. 

Se puede pensar de varias maneras sobre la vida. Podríamos hacerlo diciendo que la vida es la negación de la indiscutible muerte que todos vamos a tener, pero no es así como la enfoco yo. En la experiencia que tenemos de estar vivos, a diferencia de la no experiencia que tenemos de estar muertos, lo que tenemos es una serie de deseos. El primero de ellos, aunque inconsciente, es mantenernos vivos, que tiene detrás a la muerte como presupuesto. Pero en la vida real lo que sentimos y que llamo vida es en realidad muchas versiones de una afirmación de nosotros mismos. Por afirmación entiendo a la necesidad de sentir que existimos y que somos relevantes. En ese sentido, la vida puede ser entendida como una construcción de algo. O, también, en su versión patológica, como una destrucción, como un camino hacia la muerte. Del mismo modo, la muerte puede ser vista como una oportunidad para vivir ahora mismo, o como un motivo para abandonar la vida. Ambas están totalmente entrelazadas y yo creo que la tendencia a la vida es lo que define al ser humano y no la tendencia a la muerte. En ese sentido estoy más cerca del humanismo rogeriano o maslowiano que del pesimismo light de Yalom o del más potente de Freud.

La manera en que enfrentamos la vida dice mucho de nosotros mismos, y de nuestros dilemas a resolver. Para mí la vida es una constante proyección de nosotros mismos en las relaciones que tenemos con los demás, con el entorno y con todo objeto. Se puede ver cómo vivimos en nuestra forma de caminar, vestir, hablar, gesticular y, fundamentalmente, en cómo nos tratamos a nosotros mismos y en cómo tratamos a los demás. Y, claro está, en cómo enfermamos y en cómo nos curamos. Además de eso, me atrevo a agregar, que también dice mucho de nosotros cómo enfrentamos el pasado, el presente y el futuro de nuestra vida.

En el consultorio, la vida no pasa desapercibida. Los pacientes llegan con su vida/muerte frente a uno para analizar/comprender/ver lo que les pasa. Y es en esa relación con nosotros en que quizás logremos juntos poder descifrar lo que sucede que lo hace sentir como se siente. La vida misma es la que los trae. Ese deseo de que el impulso a vivir tome el control de la vida, creo yo, es el mejor predictor de una buena relación terapéutica, junto a el establecimiento de una relación sincera entre ambas personas.

Hay algunos motivos de consulta que suelen aparecer que son, a mi parecer, resultado del dilema entre estas dos realidades. No se puede hablar de un dilema puro, que no tenga otros dilemas metidos en el camino y que tenga distintas profundidades de análisis, pero sí que reflejan estas situaciones existenciales. Entre los que más he visto, está la adhesión o no a un sistema religioso o a parte de él, el amor a otros y a los hijos, la angustia frente a la enfermedad o al paso del tiempo, el cambio de etapas en la vida por distintos motivos que van desde lo cronológico hasta el matrimonio o el nacimiento de los hijos, proyectos laborales o decisiones que marcan etapas en la vida, jubilación, entre otros.

Algunas veces he sentido la tentación (pero no la he consentido) de explicar todos los motivos de consulta por este dilema vida/muerte. Pero toda reducción siempre es un problema. Existen otros motivos sobre los que iré escribiendo más adelante, pero que no dejan de parecerse al dúo vida/muerte. Pero para irles adelantando algo son los siguientes: relación/soledad, libertad/no libertad y sentido de la vida/sin sentido. Son los mismos que propone Yalom, pero vistos como dos partes de un mismo dilema, para agregarles su lado positivo, en el que yo creo más.


Escrito por

Gonzalo Cano Roncagliolo

Quise ser escritor toda mi vida. Luego de dar muchas vueltas por la vida, me atrevo a escribir.


Publicado en

Dibanaciones

Un blog de Gonzalo Cano