El hijo de un padre suicida vuelve al país en donde vivió su padre para encontrar, además de un país y personas diferentes, que éste era un pedófilo que pertenecía a una secta criminal disfrazada de religión. Un cura atribulado por la culpa, personal y ajena, necesita liberarse para poder amar de verdad y seguir siendo cristiano. Un chico común será captado por el culto y convertido al cristianismo más radical, lo que lo llevará a atacar a quienes lo formaron para ser un defensor de la ortodoxia de doctrina. 

Estos tres personajes tejerán entre ellos, porque sus caminos se cruzan, la historia de un grupo criminal. Esta novela no es sobre un grupo ni una religión en particular. Ni sobre personas reales. Ni sobre un futuro probable, sino imposible. Esta novela trata sobre la decepción de ir creciendo y descubrir que ni el mundo, ni las instituciones, ni las personas en las que confiamos, son siempre lo que necesitamos que sean. Son quienes son solamente. Busca ahondar en los recovecos mentales de las personas afectadas por este tipo de organizaciones que busca arreglar el engaño, buscado o no, del que fueron víctimas.

Suicidios y muertes imprevistas, sexo y celibato, amor y odio, venganza y reparación, decepción y confianza, perdón y culpa, son los contrapuntos que tejen las características de los personajes de esta novela. Juntos, los personajes y sus emociones, tejen la cuarta historia, la de la institución perversa.

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La primera entrevista sobre la novela está en este enlace: https://bit.ly/2EovSMT